miércoles, 17 de octubre de 2018

Viaje 7

Cada vez más cómoda y acomodada con todo... Ya siento que ir y venir por los lugares conocidos, me es natural, voy sumando cuadras en cada caminata,  los atardeceres en el Ganga son cada vez más lindos e intensos, voy encontrando más cosas, más  detalles, fuera y dentro mío... Siempre intento que no me agarre la noche, pero se me hace imposible irme antes de ver la última luz del día reflejada en el río... Las prácticas siguen su ritmo, cada vez más intenso pero más acomodado, más focalizado... En la casa hay cada vez más cosas, casa de vivir y no de pasar el rato: plantas, altar, adornos en las paredes...
Un ruso que habla mucho de sus jonki viajes por el mundo y cuánta cosa se ha metido en su cuerpo, con voz grave y cara fuerte, alto y con un mala de Rudraksa del tamaño de Texas colgando de su cuello... Mates cebados por un Israelí... un espectáculo de música y danza en el Ganges y la desesperación de ponerme los cascabeles y bailar...

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